Aquella vez
Mi venganza
¡No quiero invocarte!
por aquello de que un
lejano viento del pasado
te arrastre a mis caminos.
Apenas queda algo en ti
que reconozco a lo lejos;
no sé si sea algún desierto,
una montaña, una ola apenas.
Tu recuerdo
Las briznas soplaron con fuerza,
mis poros absorbieron toda el agua.
El espejo celeste se inquietó en vibraciones.
Y de pronto, sin previo aviso, un cataclismo cósmico.
Una fuerza demoledora digna de los dioses golpeó mi alma…
sin desearlo, todos los electrones del Universo se detuvieron por un instante
hasta que nuestros corazones dieron el primer latido, portento del resto de nuestro destino.