Cuentera


Había una vez alguien que dormía demasiado por la mañana, pero demasiado. Y ocasionalmente, por no decir la verdad, recibía llamadas a tempranas horas. Pero en teoría, ella debía estar despierta. Así que esperaba unos cuantos repiques del teléfono, pretendía tirar la pereza con las sábanas al suelo y contestaba: (con voz un poco ronca, ya se sabe que a esas horas de la madrugada, la laringe se encuentra adormecida) Aaalóóóóó... ¿Qué pasó? Claro, sus interlocutores caían en la trampa. Ella delimitaba la llamada a respuestas dicotómicas, y cuando eso no funcionaba, cortaba la llamada o aseguraba que un suceso sin precedentes se acababa de dar en su oficina (que no era más que su cuarto, para los incautos), gritaba algo de un tal Nacho, como si algún albañil (Nacho parecía apodo para un albañil) hubiera orinado las macetas donde construye una pérgola, y con aquello de que me tengo que ir, yo le devuelvo la llamada al ratito, colgaba el teléfono (bueno, ya no colgar, con los celulares y eso, colgar un teléfono quedó en el pasado) y regresaba a su profundo sueño, esperando de nuevo el repique del teléfono.

1 Response to Cuentera

  1. maac says:

    mentira dice aquella mujer que despierta antes de tiempo y que sólo vuelve en sí cuando es levantada por la culpa y conciencia.